A la hora de realizar una reforma en el hogar, en la gran mayoría de casos se piensa en la estética y la funcionalidad de los diferentes espacios. Sin embargo, es importante tener en cuenta el ahorro energético, sobre todo ahora que el precio de la luz se sitúa en máximos históricos. Hay reformas que permiten conseguir una mayor eficiencia energética y así ahorrar en las facturas.

Ventanas aislantes

Las ventanas son uno de los elementos más importantes en la vivienda a la hora de mejorar el confort tanto térmico como acústico. Elegir ventanas de calidad es una inversión a futuro y son tres los factores a valorar durante el proceso de decisión de compra: apertura, acristalamiento y marco.

El PVC tiene una conductividad térmica muy baja, prácticamente nula, razón por la cual tiene una gran capacidad aislante. En la actualidad, lo más recomendable es elegir unas ventanas con marco de PVC de triple vidrio con dos cámaras de aire. Cuentan con un bajo emisivo en el interior y un laminado acústico en el exterior, y las cámaras de aire tienen propiedades aislantes.

Pintura térmica

La pintura térmica, tal y como su propio nombre indica, es un tipo de aislante que ofrece beneficios muy interesantes, como un ahorro energético que puede alcanzar el 40%, lo que supone un importante ahorro en calefacción y aire acondicionado. 

Una de las principales ventajas de este tipo de pintura es que actúa como aislante, evitando que aparezcan humedades. Además, consigue un ahorro de energía de hasta el 40% tanto en frío como en calor. A esto hay que sumar que se puede pintar sobre ella sin que pierda sus propiedades.

Suelo radiante

A la hora de cambiar el suelo de la vivienda, es conveniente instalar suelo radiante, uno de los sistemas de climatización más populares en la actualidad. Se trata de un sistema de calefacción formado por una red de tuberías que se instalan bajo el pavimento, por las cuales circula agua. El resultado es una temperatura muy agradable tanto en invierno como en verano.

El suelo radiante tiene un consumo energético muy bajo y, además, proporciona un mayor confort térmico que los sistemas de calefacción tradicionales. Además, como se instala bajo el suelo, es totalmente invisible y permite disponer de mayor espacio útil en la vivienda.

Termostato programable

Una de las obras más sencillas y rápidas para ahorrar energía es la instalación de un termostato programable. Se trata de un aparato que se utiliza para tener un control muy preciso de la calefacción ya que con él se puede programar la caldera y los radiadores para mantener una temperatura perfecta en el hogar.

El termostato está conectado a la caldera para ajustar la temperatura por grados, y también se puede programar la temperatura por horas. Con él, es posible controlar la calefacción a distancia y, de esta manera, optimizar el consumo de energía. Se adapta con facilidad a cada tipo de caldera y sistema de calefacción.

Bombillas LED de bajo consumo

Las bombillas LED consumen entre un 80% y un 90% menos de energía que las bombillas tradicionales. Además, duran más tiempo: la vida útil de las bombillas LED es de 15.000 horas, mientras que la de las halógenas apenas alcanza las 2.000 horas. Una de sus principales ventajas es que no se calientan.

Este tipo de bombillas están disponibles en un amplio abanico de colores y temperaturas en el mercado. No hay que olvidar que las bombillas LED, a diferencia de las halógenas, no tardan en encenderse. 

Estas son las principales reformas que se pueden llevar a cabo para ahorrar energía.