Más allá de lo que respecta al mobiliario, estructura o acabado final, un punto clave a tener en cuenta cuando se lleva a cabo la reforma integral de cualquier vivienda es el relativo a la iluminación, ya que de él dependen elementos tan importantes como la habitabilidad, el confort y la eficiencia energética.

Factores a tener en cuenta para una iluminación óptima

A la hora de acometer la iluminación de un hogar, debe prestarse especial atención a las siguientes consideraciones:

1.Ubicación de los diferentes puntos de luz. Este aspecto es básico, ya que cada pieza de la vivienda tendrá unos requerimientos lumínicos diferentes. De ahí que sea imprescindible calcular con precisión el aporte de luz que necesitará cada una de las diferentes estancias: salón, cocina, baño, dormitorios, etcétera. Se trata en definitiva de adaptar la iluminación a las necesidades reales de cada departamento de la casa.

2.Posibilidad de combinar diferentes iluminaciones. Con frecuencia suele ser un acierto jugar con distintas clases de luz dentro de una misma estancia, toda vez que esta combinación ayuda por lo general a resaltar determinadas superficies u objetos. Las lámparas de pie o de sobremesa pueden ser de gran ayuda en este apartado, ya que por un lado constituyen una excelente fuente lumínica y, por otro, resultan un elemento muy decorativo si se colocan en el punto idóneo.

3.Acertar con la mejor distribución. Los diferentes tipos de luz y su potencial lumínico han de ir asociados a una distribución óptima que permita aprovechar los espacios de la casa de la mejor manera. En este aspecto se recomienda que, en la medida de lo posible, los puntos de luz se ubiquen sobre las paredes, puesto que así se gana en luminosidad.

4.Uso eficiente de la tecnología. El empleo de soluciones domotizadas, como reguladores de intensidad o detectores de presencia, puede aportar comodidad, seguridad y ahorro en lo que a la iluminación concierne.

Iluminación y decoración

Una buena decoración de vivienda ha de ir en todo momento de la mano con una adecuada iluminación de interiores. Decoración e iluminación están, de hecho, intrínsecamente vinculadas, ya que una depende de la otra. Así, una iluminación pobre haría, sin duda, desmerecer cualquier trabajo de decoración, al no resultar adecuadamente las peculiaridades de esta. Puede decirse en este sentido que la adecuada combinación de iluminación y decoración se traduce tanto en eficiencia como en elegancia.

Son muchas y variadas las clases de iluminación que pueden utilizarse en la reforma integral de una vivienda. Elegir unos u otros dependerá del tipo de ambiente y la decoración que se quiera en cada instancia. Los diferentes tonos de luz y calor producen, de hecho, diversos efectos en el entorno y la decoración. Así, por ejemplo, los focos empotrables, también conocidos como downlights, aportan una iluminación homogénea y sin sombras que se integra en la decoración de una forma discreta, por lo que resultan muy apropiados para las zonas de paso.

Si se apuesta por un menor consumo, lo más recomendable es la iluminación Led, ya que se trata de bombillas que no se calientan, lo que reduce mucho el coste energético.

La importancia de la iluminación natural

Más allá de la elección y distribución de los diferentes puntos de luz artificial, una acertada reforma integral de vivienda implica aprovechar todo lo posible la iluminación natural, ya que además de incidir en una mayor eficiencia energética, la luz natural proporciona un ambiente más confortable y alegre, lo que contribuye también a mejorar el rendimiento y el ánimo de quienes la disfrutan. Algunos consejos básicos para aprovechar al máximo el efecto de la luz natural en una vivienda serían los siguientes:

  • Uso de tonalidades claras. Los tonos claros en techos, paredes y mobiliario resaltan y potencian la iluminación natural, generando además una sensación de mayor amplitud en la estancia.
  • Abrir espacios o en todo caso no delimitarlos. Cuanto más abiertos sean los espacios en el interior de la vivienda, más fácil se propagará la luz natural dentro de ella. Utilizar puertas de cristal o acristaladas puede ser en este sentido una excelente solución.
  • Eliminar, si es posible, barreras arquitectónicas que incidan en la cantidad de luz que penetra en la vivienda. Una idea acertada podría ser, por ejemplo, reducir el espesor del perfil de las ventanas.
  • Evitar que el mobiliario obstruya el paso de la luz. Resulta fundamental que determinados objetos que forman parte del mobiliario de la casa (estanterías, biombos, aparadores, etcétera) no obstaculicen por su mal posicionamiento la incidencia de la luz natural. A menudo basta con cambiarlos de posición para ganar mucha luminosidad.
  • Jugar con el uso de espejos. Bien utilizados, los espejos son también un elemento de gran valor para sacar el máximo partido a la luz procedente del exterior que entra en la vivienda.