La reforma integral consiste en hacer cambios en toda la casa. La empresa responsable se hace cargo de todo, desde el diseño del proyecto hasta la entrega de llaves al propietario. Son proyectos de gran envergadura, que requieren de una excelente planificación para que todo el equipo trabaje sin interrupciones, acortando así el tiempo de ejecución. Estas son las principales razones por las que una obra integral merece la pena.
Ahorro energético
Una reforma integral es una opción 100% recomendable, sobre todo en inmuebles antiguos que pueden tener problemas en el sistema eléctrico y/o humedades. La reforma de las instalaciones eléctricas reduce notablemente la factura de la luz. Además, de esta manera podrás disfrutar de las tomas de corriente que necesites para no tener que recurrir a alargadores y ladrones, con el riesgo de incendio que conllevan.
En cuanto a los problemas con las tuberías y las humedades, además de afectar a la estética de la vivienda, también pueden afectar negativamente al sistema respiratorio de sus habitantes.
Por supuesto, la mejora en el aislamiento térmico supone un ahorro energético muy importante durante todo el año. La instalación de unas buenas ventanas y de un sistema de climatización adecuado es clave.
Ahorro económico
Sí, hacer una reforma integral es más barato que hacer las modificaciones poco a poco, aunque al principio el coste parezca mayor. Por supuesto, al presupuesto inicial siempre hay que dejarle un poco de margen porque a medida que avanza el proyecto pueden aparecer gastos imprevistos.
Aumenta el valor de la vivienda
Hacer una obra integral es una de las mejores alternativas para proteger el patrimonio, aunque no tengas pensado vender tu casa. Reformarlo todo desde cero aumenta de forma notable el valor en el mercado inmobiliario, mucho más que si hicieras los cambios por partes.
Más espacio
Una de las principales razones por las que una reforma integral de la vivienda es una gran opción es porque de esta manera puedes disfrutar de más espacio. Tienes la posibilidad de replantearte la distribución, y así adecuar tu casa a tus necesidades actuales.
Puedes por ejemplo unir el salón y la cocina, y así disfrutar de un espacio amplio y con muy buena luz natural. Por los olores no te preocupes porque en el mercado existen campanas extractoras muy potentes que solucionan este problema.
O, en el baño, cambiar la bañera por una ducha más práctica y segura. Incluso puedes olvidarte de los azulejos y apostar por un papel pintado vinílico para las paredes.
Mayor calidad de vida
Con una reforma integral puedes crear espacios abiertos, eliminar tabiques para unir habitaciones… Podrás elegirlo todo de acuerdo a tus preferencias, a tus necesidades y a tu estilo de vida. Aspectos tan importantes como las formas y los colores influyen de forma notable no sólo en la estética, sino también en el estilo de vida. Por lo tanto, esta obra no sólo tiene beneficios en términos de funcionalidad y comodidad, sino también de calidad de vida y confort emocional.