Una de las reformas que más se están realizando en la actualidad es la de abrir la cocina al salón. Una solución fantástica en espacios pequeños, tanto a nivel estético como funcional. Una cocina americana supone disfrutar de un mayor espacio y, además, ganar en luminosidad. A continuación proponemos una serie de idiomas de reforma de cocina abierta al salón.
¿Cómo integrar la cocina en el salón? Las mejores ideas
100% abierta
Este es el cambio más radical de todos y, tal y como su propio nombre indica, implica tirar el tabique que separa la cocina y el salón, y dejar ambas estancias totalmente integradas la una en la otra, en un único espacio. Existen diferentes soluciones para separar ambientes, como elegir un papel pintado distinto para las paredes. Aún así, es importante que el espacio sea equilibrado para conseguir armonía visual.
Abierta con barra
Una de las soluciones más demandadas para separar la cocina y el salón es instalar una barra. Un elemento que a nivel estético es de mucha utilidad ya que separa de algún modo ambas estancias, y que desde el punto de vista funcional amplía el espacio tanto de trabajo como de almacenaje. Además, se puede utilizar la barra para desayunar y comer.
Abierta con panel divisorio
Hay quienes desean que la cocina y el salón estén juntos, como si fueran una única estancia, pero no quieren un cambio radical. Pues bien, en este caso se puede instalar un panel de madera o un cerramiento acristalado. Este último deja pasar la luz, así que es una buena opción para conseguir la máxima luminosidad. De esta manera la cocina queda un poco “camuflada”, con la privacidad de una estancia independiente y la amplitud de un espacio abierto.
Cocina y salón comunicados
Esta es una de las soluciones por las que optan muchas personas que se animan a abrir la cocina al salón, porque supone un cambio, pero no tan radical como el de una cocina americana. Se trata de hacer un hueco en el tabique, de manera que la cocina queda semiabierta. Se gana muchísima luz y accesibilidad, pero al mismo tiempo ambas estancias mantienen su independencia.
Puerta de entrada corredera
También se puede ir un paso más allá en cuanto a privacidad instalando una gran puerta corredera entre la cocina y el salón. De esta manera, cuando se quiera desconectar la cocina del resto del espacio se puede cerrar la puerta; y cuando lo que busque es que ambas estancias estén integradas basta con mantenerla abierta.
Como puedes comprobar, hay muchísimas opciones para abrir la cocina al salón, en función de tus propios gustos y preferencias, así como de las características de la vivienda. Si te apetece integrar ambas estancias pero sin que el espacio quede completamente abierto, hay soluciones muy interesantes, como los paneles de cristal o las puertas correderas. Lo más importante es que confíes el proyecto a una empresa especializada en el sector de las reformas de calidad y experiencia.